lunes, 1 de agosto de 2011

Carta a Islandia

 "Todos los corazones son distintos"

Hermosos isleños,

Ante todo quiero decirles que pienso en ustedes todo el tiempo, que en Islandia me sentí más en casa que en cualquier otro lugar al que haya ido, y fueron ustedes quienes siguiendo sus propios sueños construyeron ese lugar donde mi alma se sintió en el paraíso.

Sé que hoy mi lugar es otro, mi viaje recorre otros caminos, pero la alegría y la paz que me llenaron en Islandia no voy a olvidarlas jamás. Fueron sus corazones los que me sostuvieron cuando estaba a punto de desfallecer, sus sonrisas me iluminaron, sus voces me llegaron hasta el corazón y ya no lo dejaron.

Ustedes cuidaron también, por breve tiempo, a mi tesoro más preciado, mi brotecito de vida, a esa nena tan parecida a mí a la que adoro y sin embargo siento más del mundo que mía propia. No existen palabras que describan mi agradecimiento, ni abrazo que lo contenga. Sé que ella es feliz de haberlos conocido, y mi felicidad y la suya son una sola.

Por eso quiero regalarles algo, porque cada momento que pasé en su casa fue para mí un regalo invaluable, el de esa magia que me alimenta y satisface, esa vida que tanto hace falta, que sólo existe allí donde se dejan fluir libres los corazones.

Quiero regalarles mi magia, y a falta de otra manera se las mando con mis palabras, pero está ahí entre ustedes para que la tome quien la necesite. Les regalo mis cartas, para leerlas a quien quiera y cuando quiera, y a quien sienta que lo necesite.

Les regalos mis brazos y piernas, mi ojos y voz, si les hacen falta para lo que sea, no tienen más que llamarme. Islandia es un jardín y no deseo otra cosa que verlo florecer. Me regalo toda a ustedes, porque es para eso que crucé la puerta de su casa, aún si no lo supe la primera vez.


Les regalo mi corazón, y todo el amor que es capaz de sentir. Los amo. Adoro verlos sonreir, cantar, vivir. Quiero ser su hada madrina, quiero consentirlos, quiero conocer sus deseos y hacer lo imposible por cumplirlos, quiero mimarlos, quiero ser la tía que siempre esté para ustedes y los acompañe.

Les regalo todo y más, porque es mi forma de agradecerles el crear y hacer crecer un lugar tan hermoso en un mundo donde tanto está marchito. En Islandia encuentro vida, y no quiero dejar de encontrarla, porque se que muchos más que yo la necesitan.

Hermosos isleños, les dejo un abrazo grande como el universo y fuerte como la vida.