jueves, 21 de abril de 2011

Fábula de la frutilla y el insecto

Por mi amigo espartacristian

A los que les gusta comer insectos, les parece raro que haya gente a la que le gusten las frutillas. Entonces dicen que los amantes de las frutillas están locos, enfermos o parafílicos. ¿Cómo a alguien le pueden gustar las frutillas, cuando lo natural es comer insectos?

Se preguntan si de chiquito no habrá tenido un trauma con alguna frutilla.  Algunos piensan que un psicólogo los puede curar, sacarle el gusto por las frutillas y ponerle el gusto por los insectos, como todo el mundo. En algunas sociedades hasta meten presos a los que comen frutillas, por flor de degenerados. Muchas veces estos seres que comen frutillas, se sienten mal y culpables por gustarle tanto la frutilla y entonces tratan de comer insectos. Pero se vuelven a sentir mal, porque no les gustan para nada.

Entonces esta gente suele comer frutillas a escondidas. Pero un día descubren que no a todos les gustan los insectos y que, para su sopresa, a otra gente también les gustan las frutillas.  Y entonces se empiezan a juntar a comer frutillas juntos, y nadie dice que las frutillas son asquerosas. Y se sienten mejor. Y un día empiezan a darse cuenta que, si lo que les gusta son las frutillas, lo mejor para ellos es comer frutillas.

Entonces la gente que le gustan las frutillas, empiezan a decirles a la que le gustan los insectos, por qué no come cada uno lo que le gusta, sin preocuparse tanto por tratar de cambiarle el gusto al otro. 

Igual, sigue habiendo mucha gente que trata que todos coman insectos.

miércoles, 20 de abril de 2011

Introducción al pensamiento mágico: conceptos básicos I

Para entender cómo funciona la magia, dividiremos la experiencia humana en tres planos o dimensiones: cuerpo, mente y alma. No como entidades, sino como manera de denominar conjuntos de experiencias, a modo de clasificación.

El cuerpo es nuestra existencia física, todo lo que experimentamos a través de los sentidos y sensaciones como el hambre o el frío. En esta dimensión nos relacionamos directamente con el mundo exterior.

La mente es nuestra parte consciente y racional, todos los pensamientos y todo el aprendizaje están contenidon en la mente. La mente interpreta los datos adquiridos a través del cuerpo, puede traducirlos a palabras, recordarlos, imaginar nuevos.

El alma es nuestra parte emocional y sentimental, la intuición y la espiritualidad (ya explicaremos qué es cada una) pertenecen a esta dimensión. Las emociones pueden ser reconocidas por la mente, pueden ser  interpretadas y recordadas por ella, y se pueden sentir en el plano físico, como el dolor en el pecho por angustia o el sudor en las palmas de las manos por nervios o excitación.

Estas tres dimensiones son como los vertices de un triángulo. Cada una está en constante funcionamiento e interactuando con las otras dos, de forma única para cada persona. En algunas prevalecen algunos planos por sobre otros, y la forma en que se relacionan y superponen va variando según la etapa de la vida. Es como un triángulo que no siempre conserva la misma forma, sino que a veces algunos lados son mas cortos que otros, cuando hay mayor interacción o coordinación entre algunos de los tres planos. El triángulo hecho de la combinación de estas tres dimensiones es lo que denominaremos energía.


De la combinación de experiencias captadas por estas tres dimensiones del ser, y de la forma en que la procesen y de la forma en que interactuén entre sí, surge el abanico de infinitas personalidades que existen en las personas. Analizaremos ahora los componentes de cada dimensión.

El cuerpo abarca la experiencia física, lo que percibimos del exterior y cómo reaccionamos a ello a través del cuerpo.
Sentidos externos: vista, tacto, gusto, oído, olfato.
Sentidos internos: permiten percibir necesidades fisiológicas (hambre, cansancio), posición del cuerpo, dirección, etc.
Cuerpo físico: El cuerpo propiamente físico, sus órganos, extremidades, etc.

La mente es lo que se percibe a través de la inteligencia y la razón.
Mente consciente: es la racionalidad, la capacidad de discernir, clasificar, memorizar, recordar, imaginar.
Mente inconsciente: todos los recuerdos que una persona tiene, la moral y la ética y todo lo que se procesa sin pasar por la mente consciente.

El alma contiene la forma espiritual de conocer el mundo.
Emociones: son sensaciones en respuesta a algo captado por la mente o por el cuerpo.
Sentimientos: son emociones filtradas, procesadas por la mente (consciente o incosciente) y que se extienden en el tiempo.
Intuición: es la forma en la que el alma procesa la información, la hace llegar a la mente a través del inconsciente, pero se puede volver un proceso consciente.


Las tres dimensiones conforman una visión integral de la vida y una forma de ser y existir de cada persona. A traves de todas se capta y se envía energía (mental, física o material, y espiritual) del y al entorno.

miércoles, 13 de abril de 2011

Bendecir las velas

Mi forma de iniciar una ceremonia o un ritual es bendecir las velas. Las velas marcan como un reloj mágico el tiempo de la ceremonia, bendecirlas es impregnarlas de la energía del momento, del lugar y de la personas presentes. Como un músico afina su instrumento, así se bendicen las velas.

No hay una forma única ni mucho menos correcta de hacerlo. Se pueden bendecir siempre de la misma manera o siempre de un modo distinto. Se las puede bendecir con palabras, con acciones, con agua, con humo, con música. A veces lo ideal es dejar que la bendición ocurra de la manera que salga en el momento, especialmente si es grupal.

- Bendecí las velas
- ¿y qué hago?
- Lo que quieras

Aprender a bendecir las velas, hacerlo con fe y entendiendo el sentido de lo que se hace, hace que nos conectemos con la intuición que fluye desde adentro hacia afuera. No se puede bendecir las velas con escepticismo, porque no es lo que hagamos lo que las bendice, sino la energía mental que ponemos en ello. Por eso es una buena manera de comenzar una ceremonia, de llevarnos al estado adecuado para ello.

Quien no sabe nada de magia, ni de rituales, ni de intuición, y desea aprender, puede comenzar bendiciendo las velas.

lunes, 11 de abril de 2011

Misterio y noche

Fuiste para mí un misterio aun antes de conocerte. Hasta que te vi, como una noche oscura y brillante de luna llena. Cuando hablabas repetías textualmente palabras que mi corazón atesoraba sin haberlas dicho nunca. Tu presencia fue un terremoto que hizo temblar todo mi mundo, y tambalearon mis más profundas certezas. Tu misterio se volvió mi misterio, trajiste una noche desconocida a mi vida conocida.

No lo sabías, o tal vez sí, pero te alimentaste de mi energía hasta dejarme exhausta, te metiste en mi laberinto sin salir de tu laberinto, y así me transformaste. Tu magia no me tocaba y aún así me doblegaba, eras la noche, eras la luna y hasta en algún momento también sentí que eras yo. Me vi reflejada en vos y a la vez estábamos tan lejos...

Hubo un pacto que nadie escribió, una promesa que nadie hizo, un choque que también fue un encuentro. Y muy en el fondo, detrás de la noche, de la luz y del silencio sentí mi miedo encontrarse con tu miedo, y no se reconocieron. Quise abrazarte, quise despedirte con un beso, quise dormir abrazada a vos, quise sentir tu pelo entre mis dedos y recorrer tu belleza perfecta.

Pero el tiempo es irremediable, tu presente era mi pasado y tu pasado mi presente. No pude tocarte a vos, sólo a la imagen que me mostró el espejo. Pero vi tu reflejo porque también era el mío. Te llevaste una parte de mí, la arrancaste de mi corazón como si nada, y me dejaste sola con tu noche y tu misterio para que la haga crecer y florecer una vez más.

viernes, 1 de abril de 2011

Oración a la Reina de Copas

Madre espiritual, amor infinito,
sabiduría de los sentimientos.
Señora de la serenidad y la paciencia,
eterno amor fluyendo,
conexión inmaterial.
Reina de la espernza, de la paz y la dicha,
siempre generosa,
siempre  en armonía.
Emperatriz de la intuición,
Sacerdotisa de las emociones,
enséñame tu magia,
lléname de tu agua de vida,
sacia la sed de mis temores,
guíame hacia Tí...