"Actúa según sea tu Voluntad y esa será toda la Ley." Aleister Crowley
No creo que la verdad pueda ser esbozada por un sólo ser humano.
No creo que nadie tenga o haya tenido la última palabra sobre nada.
No creo en la pareja, en la familia, ni en ninguna construcción social como única y determinante de la felicidad de las personas.
No creo en el amor posesivo, en el amor restrictivo, en el amor condicionado. No creo en ningún amor que imponga en lugar de liberar.
No creo de forma absoluta en nada de lo que afirmo.
No creo en ningún consejero fuera de mi propio corazón, así dude, así falle, así erre, será siempre quien dé la última palabra.
No creo en lo que la gente me dice sobre otros.
No creo más que a medias en lo que la gente me dice sobre mí.
No creo en el derecho a meterse en la vida de los demás, sea cual fuere el vínculo.
No creo en el trabajo, en la carrera universitaria, en el negocio, en el capitalismo, ni en la democracia representativa.
No creo que el hombre sea un animal político, ni uno inherentemente sediento de poder.
No creo que la sociedad y cultura actual estén fijando el rumbo para que las personas se encuentren a sí mismas.
No creo en el odio, en la envidia, en los celos, en la violencia, en la codicia, en ofenderse, en ninguna emoción ni sentimiento donde se le achaque la responsabilidad a otra persona.
No creo en ningún gurú, sabio, filósofo, teólogo, libro, ciencia ni religión que haya que seguir a rajatabla.
No creo en las definiciones, en las categorizaciones ni en las clasificaciones.
No creo en lo oculto ni en lo prohibido. No creo que nada debería estar oculto ni prohibido.
No creo más que en la búsqueda del ser humano... la búsqueda de sí mismo. La búsqueda de su propio corazón.
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